INTENCION DEL DIRECTOR

Japón significa una transformación profunda en las vidas de los que protagonizamos su realización. Siempre tuvo la impronta de ser una aventura hacia lo no conocido.
Yo, como director, poco sabia de los avatares de la realización cinematográfica, ni cómo resolver aquella ingenua idea inicial: “…hagamos una película”. Tampoco sabía cómo hacer para que los participantes del proyecto, un grupo de cinco adultos con necesidades especiales, no sólo inventaran sus historias sino que también las protagonizaran. Y estos, los protagonistas, nunca se habían embarcado en una propuesta así.

Comenzamos en una típica “institución para discapacitados”, en un espacio denominado taller de cine. Contábamos con una pequeña filmadora, una cámara fotográfica, la incondicional presencia de Matías y el extra- ordinario compromiso de Fernando, Federico, Emilce, Luciano y Raúl.

Jugamos a imaginar historias, vimos películas, conversamos, nos filmamos; y empezaron a ocurrir acontecimientos.

Nos decían desde la institución que Federico (Borgez), no podía escribir por no tener capacidad de abstracción. Él quiere que su historia sea la de un escritor, un poeta. Si no tiene capacidad de abstracción, no puede ser escritor. No tiene sentido. Una locura.
Sin embargo, un día Federico toma un papel en blanco, una hoja con una canción escrita y se sienta a copiarla en el patio. Lo hace decididamente. Los demás presenciamos asombrados ese sencillo evento. Lo filmamos. Los miembros del grupo registran, en silencio y susurrando al hablar, el momento en que nace el poeta. Después vinieron cantidad de poesías, leídas y escritas.

Ahí, ante nosotros, algo estaba pasando. Yo estaba maravillado. El grupo conmovido. Los márgenes de lo posible se extendían. La ficción empezaba a nutrir la realidad. Y la realidad a la ficción.

Compartir estás experiencias transformadoras a través de un relato cinematográfico, fue y sigue siendo la intención madre de Japón.

En medio del vértigo de los rodajes, entramos en conflicto y finalmente rompimos con la institución en la que llevábamos adelante el taller. Comenzaron a obstaculizar el trabajo chantajeándonos con “no dejar salir a los chicos…” y otras injustas imposiciones. En esos momentos, en los que peligraba el proyecto, contamos siempre con un vigoroso y sostenido apoyo de las familias de los protagonistas. Esto tiene, para mí, un inestimable valor.

Retribuir esta confianza a los protagonistas y sus familiares con una película honesta y bien trabajada es otro de los motivos que me movilizan a terminar el film.

Junto Matías Jaimovich reflexionamos acerca el trabajo realizado, a partir de estas conversaciones realizamos nuestra tesis de Licenciatura en psicología “Japón…a través del espejo”.

Desde aquí queremos contribuir en la construcción de un marco metodológico-conceptual que sirva cómo herramientas para el desarrollo de experiencias de trabajo sustentadas en el reconocimiento de la legitimidad del otro y la convivencia democrática.

Nuestro director de tesis Lic. Horacio Maldonado nos dijo en una ocasión: “Japón es de vital importancia…es voz de otras voces”.

La población a la cual representan los protagonistas permanece por lo general excluidos de la comunidad, siendo objeto de prejuicios y estigmas sociales.

Creo que Japón puede contribuir en desmitificar estos prejuicios y así aportar en su inclusión social.

Puede brindar al espectador una experiencia que genere cuestionamientos y discusiones acerca de las maneras en las que nos vinculamos con lo no conocido.

Entiendo que Japón ejemplifica creativamente como dar cumplimiento al artículo 30 de la Convención de los Derechos de las personas con discapacidad (ONU). Misma que establece la obligación de los estados de adaptar medidas pertinentes para que las personas con discapacidad puedan desarrollar y utilizar su potencial creativo, artístico e intelectual, no solo en su propio beneficio sino también para el enriquecimiento de la sociedad.

Tengo la intensión de que el film pueda ser visto por el público en general, circular en ámbitos académicos e institucionales, así como también en todo el circuito de festivales de cine en los que podamos participar.

Japón constituye la piedra angular en el desarrollo de una metodología de trabajo en la que busco tender puentes entre educación, salud y cultura. Es decir, posibilitar experiencias de aprendizaje que generen procesos de auto conocimiento y desarrollo de potencialidades y que al mismo tiempo puedan ser comunicadas a través de relatos cinematográficos.

Espero que sea el comienzo de una larga y prolifera carrera.

Finalmente, con esta película, quiero contribuir al nacimiento de una cultura en la que se valorice la unidad – diversidad humana, posibilitando su expresión y comunicación.

Japón es un lugar para conocer y conocernos. Para mirar y mirarnos.

Lic. Gonzalo Montiel